Zúñiga es un icono de la joyería vallisoletana. Poco ha cambiado su local con el paso de los años. Conserva la elegancia de antaño. El surtido de joyas no es el más amplio de la ciudad, lo mejor de Zúñiga son sus creaciones a medida. Son orfebres. Trabajan los metales preciosos como pocos. Están en pleno centro.
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