Una piedra que destaca por sus colores, acabados y estructura cristalina.
Así es el ópalo.
Este mineraloide cada vez es más usado por las grandes firmas de joyería como Cartier, Chopard, Tiffany & Co, Nicols, Bucellati y Harry Winston, entre muchas otras.
Hay quienes aseguran que el ópalo es una piedra, mientras que otros lo definen como un mineral.
Pero, ¿cuál es la definición correcta? Lo cierto es que tiene una estructura cristalina que está compuesta por millones de esferas, que todas juntas forman una masa amorfa.
Entonces, ¿mineral o gema? Ni lo uno, ni lo otro.
Esta maravilla es conocida en la jerga científica como un mineraloide (mineral amorfo). Con un 20/30 % de agua, similar al cuarzo.
Dejando a un lado la geología, el ópalo ha escalado posiciones hasta lo más alto de las piedras preciosas. Sus colores variados, efectos de iridiscencia, brillos y dureza lo han hecho llegar muy lejos en el mundo de la joyería.
Los registros apuntan hallazgos de ópalos en el año 4.000 AC, en cuevas de lo que hoy son países como Etiopia y Kenia.
Sus primeros yacimientos se encontraron en Australia y actualmente este país mantiene el 97% de la producción mundial. Brasil, Etiopía, gales, Italia y México también poseen yacimientos, pero con menor producción.
Como dato curioso, a pesar de la notable belleza de esta piedra, fue dejada a un lado por supersticiones.
Además, los alquimistas le otorgan poderes mágicos y es reconocida como “la roca de los artistas” (se decía que tenía la cualidad de hacer emerger los talentos ocultos en las personas).
Alrededor del mundo hay ópalos de distintos colores y esta cualidad es determinante para evaluar su coste, calidad, pureza y belleza.
Las colecciones más usadas en las grandes casas de joyería con ópalo negro, ópalo blanco, ópalo rosa, ópalo azul y ópalo fuego.
Es uno de los más conocidos y atractivos para coleccionistas y amantes de las gemas. Su dureza y resistencia lo hacen que sea ideal para añadirlo a joyas. Es fácil de trabajar y tiene un bajo nivel de desgaste.
Aunque se encuentra en casi todo el mundo, la variedad australiana es la más cotizada.
Es una piedra poco común y altamente valorada, con iridiscencia que encanta a la vista.
No se encuentra en casi ningún lugar. Por eso es más cotizada que las otras variantes de la gema.
Exótico y excéntrico, este color tiene varias tonalidades y se cotiza alto en el mercado por su demanda en el mundo de la joyería.
Es raro, pero se encuentra en México, Australia, Estados Unidos y gran Bretaña, entre otros.
Sus propiedades son similares al cuarzo y los hay en diferentes tonalidades de azul.
Se encuentra en países como México, Venezuela, Estados Unidos, México y Perú, así como Australia y Etiopia.
Su nombre nace gracias a sus tonalidades naranja, roja y amarilla.
Australia, México, Etiopía y Estados Unidos son los países donde se extrae en mayor cantidad.
Hay formas sencillas de averiguar su autenticidad. Los ópalos auténticos son fríos al contacto con la piel.
Recuerda que es multicolor. Incluso aunque tenga una tonalidad base, habrá destellos y brillo (esto no ocurrirá con uno falso).
Una de las grandes ventajas de esta roca para la joyería es que la hay disponible en muchos colores. Esto permite a los orfebres crear obras de arte para adornar joyas como anillos, broches, collares, pulseras e incluso pendientes.
Los precios de estas piezas pueden ser elevados porque combinan los ópalos con oro, diamantes y otras gemas preciosas.
La firma de alta joyería Chopard tiene dentro de su colección un notable brazalete de titanio y oro blanco, con un ópalo negro central y tras de él un reloj suizo. Además, la pieza incorpora turquesas, esmeraldas, diamantes y más.
La marca española Nikols también ha apostado por el ópalo para algunas de sus piezas, en las que incorpora ópalos africanos.
Chaumet ha usado ópalos en varios accesorios de sus colecciones. Destaca un anillo de oro blanco adornado con ópalos australianos, turmalinas, zafiros y diamantes. Toda una joya.
En la misma línea, Cartier ha presentado broches de alta joyería, inspirados en la flora y la fauna, con ópalos de distintos colores y alta calidad.
¿Cómo se limpia el ópalo? Te damos las claves para que tus joyas de ópalo estén como el primer día.
Para limpiarlo, llena un recipiente con agua tibia y jabón líquido. Frota esta mezcla sobre la gema con ayuda de un cepillo de cerdas suaves y después seca con paño para cristales.
