Los diamantes ofrecen un abanico de posibilidades para la confección de joyas. La rareza de estas rocas las hace misteriosas y fascinantes, más cuando sus colores rompen el molde de lo convencional.
Rosas, verdes, azules, rojos, amarillos, son algunos de los colores que sorprenden en anillos de compromiso, collares, tiaras y coronas de ricos, famosos y familias reales, pero ¿sabías que también hay diamantes grises?
Estas extrañas gemas surgen en la naturaleza como minerales de carbono con incrustaciones en su estructura de grafito.
Tras un proceso de formación de cientos años, que supone presión y el desplazamiento de la roca desde su lugar de origen, a 200 km de profundidad en las capas bajas de la tierra hasta la corteza superior, los diamantes cambian su red cristalina por el color gris.
Toda esta formación milenaria hace de los diamantes grises unas gemas insólitas y extrañas (como ocurre con todos los diamantes de color).
De hecho, según los geólogos y conocedores, su proceso de formación y propiedades se asemeja al de los diamantes de tonalidad negra. La diferencia entre ambos colores reside en la cantidad de inclusión de grafito dentro de su estructura. En el caso de los grises, esta presencia es menor, lo que hace que su color sea menos intenso, pero igual de extraño.
La tonalidad de los diamantes grises tiene una escala amplia, que va desde el estaño, hasta color grafito y plomo. Con clasificación de intensidad de color según la GIA de: gris claro, gris claro fancy, fancy gris, fancy gris oscuro.
Al ser un diamante, esta gema de color gris tiene las mismas propiedades que el resto de su familia. Es decir, está formado por una estructura de carbono puro cristalizado, con una dureza de 10 en la escala de Mohs, por lo que es resistente y con un bajo nivel de desgaste.
Al igual que el resto de las variedades, los diamantes grises también se caracterizan por tener un brillo intenso, poseer una diafanidad traslucida y un lustre adamantino.
Los diamantes grises son sumamente extraños y es poco frecuente verlos en el mercado. En general, los diamantes de colores son rarezas de la naturaleza y no hay minas específicas para su extracción.
Se descubren de forma eventual, con una media de uno por cada diez mil diamantes, pero no hay garantía de qué color se hallará.
Algunos grises han salido de minas en Australia, Rusia, La India, Brasil y África. Sin embargo, su producción representa solo el 2% del total de la extracción de diamantes de color.
Al ser tan poco frecuentes, para cumplir con la demanda del mercado, muchos de los diamantes grises presentes en la industria de la joyería son creados por el hombre en laboratorios.
Aunque su color es hermoso, como comparten un proceso de formación similar a los de tonalidad negra, estos últimos están mejor cotizados, ya que el grado de color es más intenso.
A pesar de esto, el valor de la variedad gris puede superar los 7.500 dólares por quilate, de modo que su precio dependerá del tamaño, intensidad de color (gris claro, gris oscuro), peso y si es genuino o si se trata de una gema de laboratorio.
Los diamantes grises no son los más populares ni conocidos entre la variedad de colores. Puede ser difícil de creer, pero no hay un registro de diamantes grises famosos que hayan sido vendidos en subastas, que pertenezcan a colecciones privadas, exhibiciones, coronas o magnates.
Sin embargo, el gris está presente en la clasificación de color de otros diamantes famosos de variedad azul, como el Hope. Esta gema de 45,52 quilates tiene una denominación oficial de color emitida por la GIA como un azul grisáceo profundo de fantasía, o azul-gris oscuro.
Además, el Wittelsbach, valorado en más de 80 millones de dólares tiene una coloración azul grisácea.
Otro diamante que destaca por su coloración grisácea es el “Sultán de Marruecos”, denominado por la GIA como un Fancy azul grisáceo blue y tiene un peso de 35,27 quilates.
Al ser un color poco convencional, los diamantes grises tienen demanda en la joyería fina en diseños de anillos de compromiso, pero también puede verse en collares y pendientes.
Cuéntanos, ¿te gustaría una joya con un diamante gris para tu colección personal?